domingo, 19 de agosto de 2018

La recurrente historia del Paraguay






La reciente publicación del libro “De la pluma al micrófono”, demuestra cómo un deseo espontáneo puede transformarse en un proyecto concreto de difusión de la historia del Paraguay. En este afán de promoción nacional, encontramos doce textos hasta ahora inéditos compilados por Juan Marcelo Cuenca, creador del programa radial y televisivo “Paraguay Eterno”, quien decidió festejar cinco años de labor periodística con este libro. Pero, por la simple concurrencia de los hechos, ¿no debería titularse “Del micrófono a la pluma”?. La pregunta es válida y a modo de respuesta, pienso en retroalimentación, en la ida y vuelta de datos históricos, en radio, televisión, libros y redes sociales. El papel es un soporte efectivo.

Se alega necesidad de conocimiento y curiosidad edificante como motivaciones para la creación de espacios de discusión sobre la historia de nuestro país. Por alguna razón, los espacios oficiales no son suficientes. En este sentido, recordando la reforma educativa de mediados de la década del 70, Ricardo Pavetti como prologuista del libro, expresa:

Todo ese cuadro de situación educativa acerca del pasado fue suprimido y reemplazado por un engendro llamado Estudios Sociales. De esta manera comenzó a privarse a los jóvenes paraguayos y a los que habitan en él, venidos de otras partes, del concepto de Tiempo[1].

Es en esta dimensión conceptual donde fijamos la observación, para buscar e indagar hasta encontrar los elementos que nos ayuden a reformular los antecedentes del presente, para comprender a nuestros antecesores y aproximarnos a la realidad. “El tiempo no es sino la corriente en la que estoy pescando”, nos dice Henry Thoreau.

Este escenario, que podríamos llamar de conciencia nacional, sirve de sustento para señalar hechos y procesos ya abordados en la historiografía paraguaya, así como revisar acontecimientos desde nuevas perspectivas. Visto con el ánimo de la valoración, resalta el ejercicio de reexamen de personajes históricos harto conocidos como el Conde D’eu y Francisco Solano López, incluyendo otros menos recurridos como Rómulo Yegros o Pedro Pereira, que mediante la investigación de distintas fuentes hoy escapan del anonimato.

Los textos que componen el libro señalan una cuestión determinante: el drama de la guerra. Pero esta expresión no es tomada desde una posición de víctima, sino desde la experiencia humana ante la adversidad, la capacidad de inventiva y reconstrucción, el pasado que espera ser escrutado un su diversidad de acciones y resultados. Es consecuencia directa de que el Paraguay, en un periodo de sesenta y dos años haya combatido en dos guerras internacionales contra cuatro Estados diferentes. No existe historia del Paraguay sin batallas, y en este libro, se recurre a una experiencia colectiva de autores, orientada por el sano deber de ordenar la memoria nacional.

Los textos que componen el libro son los siguientes:

·   Los antecedentes de la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza 1864-1870, de César Cristaldo.
·   El Conde D’eu en Paraguay: entre la historia y el mito, de Mário Maestri.
·   La figura del Mcal. Francisco Solano López dentro del nacionalismo paraguayo, de Pedro Caballero.
·   Los trabajadores del río Paraguay, economía, internacionalismo y política, de Jorge Coronel Prosman.
·   Posguerra y resistencia: documentos sobre la resistencia al enfoque histórico escolar impuesto luego de la Guerra del 70, de Viviana Paglialunga.
·   Los combates aéreos en el Chaco, de Antonio Luiz Sapienza Frachia.
·   El derecho en la vida del Supremo Dictador del Paraguay, de Juan Marcos González García.
·   Los personajes de la Guerra de la Triple Alianza. Esbozos Bibliográficos. Sgto. Mayor Rómulo Yegros Speratti, de Eder Acosta Santacruz.
· Análisis de la Batalla de Corrientes y de sus consecuencias en la Ofensiva Paraguaya, de Renato Angulo.
·   Los ingleses y la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza, de Milner Romero Nardelli.
·   Pormenores de la misión del Tte. Pedro Pereira, de Claudio Velázquez.
·   Embarcaciones de la Primera Armada Paraguaya en la Ilustración Artística, de Carlos von Horoch.
·   La historia de un programa sobre historia, de Juan Marcelo Cuenca.



Hermes Ramos


[1] CUENCA, Juan Marcelo (comp.). De la pluma al Micrófono. Arandurã. Asunción. 2018. Pág. 11.

sábado, 4 de agosto de 2018

Apuntes para la historia del Nuevo Cancionero Paraguayo








La contracultura inspira. La voz visceral de Woody Guthrie inspiró a Bob Dylan, quien inspiró a los Beatles y éstos al mundo entero. Latinoamérica no se abstuvo de reaccionar ante las influencias y tomando su folclore como arcilla, creó su Nuevo Cancionero.

A partir de la agitación política y cultural en la década de los sesenta, América Latina tiende a ser pensada como unidad alternativa en un mundo regido por polaridades. Asumiendo que la cultura es el conjunto de prácticas y manifestaciones que establecen relaciones en la sociedad, encontramos a las expresiones artísticas como instrumentos para reflexionar sobre la historia y el presente de Latinoamérica, con especial acento en el aspecto social. En este contexto surge la Nueva Canción Latinoamericana en que se enmarca el Nuevo Cancionero Paraguayo.

Las canciones y poesías que dan sustancia al Nuevo Cancionero Paraguayo pueden ser observadas desde la perspectiva de la temporalidad en dos acepciones. En primer lugar, reconociéndolas como frutos espontáneos de un proceso, de un fenómeno consecuente a las inquietudes del momento, dentro de la secuencia histórica de un país en que el autoritarismo pareciera ser la regla más que la excepción. En ese entonces, los países sudamericanos se hallaban emparejados bajo la Doctrina de Seguridad Nacional, con lo cual se imponía un sistema de control absoluto sobre cualquier manifestación contraria a los intereses de sus gobiernos.

En ese ambiente, como consecuencia surge el segundo aspecto, el tiempo como tema. Es el contenido consagrado en las composiciones del Nuevo Cancionero como un ejercicio de mirada al pasado, reflexionando en tiempo presente y con capacidad de prefigurar un futuro. En su libro, Oscar Bogado nos cuenta que las canciones adoptaron un contenido y un compromiso con su tiempo y su sociedad, y son conocidas por esa circunstancia simplemente como canciones de protesta, aunque el contenido de las mismas no se limitó a eso y mucho menos se declinó de contar con calidad poética y artística en general[1]. La reacción del gobierno de entonces se materializó en la proscripción, la cárcel y el exilio, todo lo cual no fue suficiente para abortar el surgimiento de obras que gozan de lirismo, estética y contenido popular auténtico. En este sentido cabe citar obras como “Despertar” de Maneco Galeano, “Color del Alba” con letra de Elvio Romero[2], “Una antigua sangre” con letra de Juan Manuel Marcos, “Canto de Esperanza” y “Canción de mi tiempo” de Carlos Noguera, entre varias otras.

De esta manera, la década del 70 se inicia con reuniones, conciertos y presentaciones televisadas donde los protagonistas cancioneros tienen oportunidad de dar a conocer sus creaciones. Luego, el fenómeno se torna aún más concreto con la edición del primer disco de Vocal Dos en 1973, logrando mayor difusión y dinamismo en la segunda mitad de la década y en cuyo desarrollo se configura una dualidad antagónica que puede ser observada en diversas claves: renovación/conservación, creación/censura, propuesta/protesta, oprimido/opresor, según el impulso de la tensión entre dos sectores sociales. Señalo aquí un objeto de estudio que debe ser atendido por la sociología, en que la interacción surge como fuente de explicaciones de los hechos de la realidad[3].

El recurso del investigador

La investigación realizada por el autor se basa en varias fuentes primarias: periódicos de la época, entrevistas, grabaciones, programas de festivales, además de la discografía y bibliografía pertinentes. Entre estos recursos merece especial atención los documentos pertenecientes a la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos[4], hoy albergados en el Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos, más conocido como el “Archivo del Terror”. Estos escritos de carácter oficial indican que todas las actividades realizadas por los integrantes del movimiento cancionero eran controladas, siendo éstos calificados de marxistas y subversivos. Entonces, esta fuente es apreciada en dos dimensiones, primero como soporte de datos sobre hechos concretos y segundo como indicador de la existencia de una policía con funciones políticas.

El control policial sobre las actividades musicales se remonta al origen del movimiento cancionero, según lo expone Bogado al trascribir un acta de declaración indagatoria, realizada por Carlos Noguera el 20 de marzo de 1972 en el Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional. En esta ocasión el declarante fue compelido a dejar constancia de la intención de organización y los objetivos de los artistas emergentes, por entonces denominados “Joven Alianza”. Esa detención fue la reacción del aparato estatal ante el éxito de los festivales musicales realizados en el Centro Cultural Paraguayo Americano.

Además, el trabajo incluye extractos de notas del año 1984 en que el Jefe del Departamento de Investigaciones informaba a la Jefatura de la Policía, sobre los espacios de difusión que concedían los medios de comunicación a los conjuntos musicales conocidos como del “nuevo cancionero popular”, cuyo repertorio incluía “canciones de José Asunción Flores y Maneco Galeano (vinculados al comunismo y a la subversión)”. Consecuentemente, en este periodo debemos recordar la prohibición del Festival del Lago Ypacaraí, entre los años 1986 y 1988 por orden del Ministerio del Interior.

De esta manera, el libro ilustra el efecto del Nuevo Cancionero Paraguayo sobre el oficialismo de la época, destacando la visión de los artistas que mediante sus obras reafirmaban los ideales libertarios y la resistencia a la opresión. Hasta podría decirse que el autoritarismo fue la principal motivación del movimiento.

Reflexionando sobre los nuevos desafíos del grupo de autores e intérpretes del movimiento, Bogado se ubica en el periodo de apertura democrática iniciado en 1989, expresando que Paradójicamente, los oscuros días de la dictadura fueron más fértiles y permitieron una mayor cohesión en el movimiento que, paulatinamente, fue diluyéndose en emprendimientos individuales y aislados.[5] Sin embargo no parece ser paradoja, si atendemos a Joan Baez cuando nos dice que la acción es el antídoto a la desesperación.

La incursión investigativa de Óscar nos recuerda que la historia contemporánea del Paraguay sigue siendo explorada. Ante ciertos espacios vacíos, la historiografía sigue creciendo y en este caso deja testimonios del valor y la humanidad de quienes no se retrajeron ante la adversidad, sino que supieron interpretar su tiempo e inspiraron con su arte el quiebre de la pasividad.
Hermes Ramos








[1] BOGADO Rolón, Óscar. Nuevo Cancionero Paraguayo. Intercontinental Editora/Uninorte. Asunción. 2018. Pág. 25.
[2] Con música de Carlos Noguera, canción ganadora del Premio Nacional de Música 2007, en la categoría de música popular.
[3] Mauricio Schvartzman, al referirse a la complejidad como parte del marco epistemológico del estudio de los sistemas sociales recurre a la noción del “desorden organizador” aplicado en experimentos termodinámicos, lo cual “plantea una nueva visión del comportamiento universal, de gran efecto en la comprensión de los cada vez más complejos sistemas sociales”. SCHVARTZMAN, Mauricio. Contribuciones al estudio de la sociedad paraguaya. CIDSEP. Asunción. 1989. Pág. 7.
[4] Popularmente conocido como “la técnica”, dependencia del Ministerio del Interior creada en 1956 mediante la colaboración de los EE.UU. con el objeto de combatir el comunismo además de cualquier amenaza al gobierno. Funcionó hasta 1992.
[5] BOGADO, Óscar. OP. Cit. Pág. 92.