domingo, 5 de octubre de 2014

Las ubres de la aldea

Atravesando la mitad del segundo decenio del siglo XXI, parece evidenciarse aún más el ánimo uniformador de las tendencias comerciales en cualquier sociedad. Los grandes centros comerciales de Asunción siguen la misma estética y funcionalidad de cualquier shopping, mall o leisure centre de los Estados Unidos. Hay quienes van con frecuencia al shopping, con o sin ánimo de compraventa. Quienes no, tienen la posibilidad de hacerlo cuando tengan una necesidad real. No hay dudas de la consolidación de esta estructura comercial en nuestras ciudades.

En la semana que pasó, un artículo en la prensa virtual informaba de una denuncia por “prohibición de amamantar en público” en el Shopping del Sol. Más allá de los hechos y de las manifestaciones que los protagonistas difundieron, se trata de una situación ideal para el debate en la red. Entre la indignación y los reclamos se tejieron todo tipo de discursos con efectos en cadena, una verdadera comidilla para internautas. Por cierto, lo que quisiera destacar brevemente es eso, el soporte de la noticia y su repercusión.

La información disponible en la red no aclara si existe un reglamento específico sobre el amamantamiento en el local comercial. Tampoco podemos saber quién fue el empleado del shopping que intervino, las instrucciones que recibió y qué ocurrió con él. Pero nada de eso en realidad importa, si la intención es instalar el eco de un hecho capaz de avivar la capacidad de entendimiento del ciudadano común. Es entonces cuando en este escenario los medios periodísticos hacen figurar sus marcas y el internauta acciona y reacciona con no poco alardeo.

La capacidad de los medios en influir en la sociedad es innegable. La aldea global hoy ha desarrollado un sistema digestivo en dinámico funcionamiento, donde los componentes son conscientes de que en la comunidad virtual se vence distancias al elevar la voz, ganando un espacio en la red, aunque sea el más mínimo, pero lo suficiente para vencer el anonimato. La visión de Marshall Mc Luhan hoy se muestra coherente, más aún en un rincón de Sudamérica donde la mentalidad provincial sigue permeando los hábitos de sus habitantes.

Hermes Ramos


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